WILBUR SCHRAMM: EL HOMBRE QUE CONVIRTIÓ LA COMUNICACIÓN EN CIENCIA.

 

Wilbur Schramm: el hombre que convirtió la Comunicación en Ciencia.

“Un recorrido por la vida y las ideas de quien puso nombre, teoría y método a la Ciencia de la Comunicación”.

Cuando se habla de los grandes pioneros de la comunicación, tarde o temprano aparece un nombre que no se puede pasar por alto: Wilbur Schramm. A muchos lo conocen como el “padre de los estudios de la comunicación”, y no es para menos. Nació en 1907 en Marietta, Ohio, y aunque empezó su camino académico estudiando literatura —se doctoró en Literatura Americana en la Universidad de Iowa—, pronto se dio cuenta de que lo suyo no era quedarse en los libros, sino entender algo mucho más amplio: cómo nos comunicamos los seres humanos y qué papel juegan los medios en esa conexión.

Schramm fue un hombre adelantado a su tiempo. Vivió en un mundo que acababa de pasar por la Segunda Guerra Mundial, una época donde la propaganda, la radio, el cine y más tarde la televisión transformaban la forma en que la gente pensaba y actuaba. Él entendió que hacía falta estudiar esos procesos con seriedad, y por eso fundó los primeros centros universitarios dedicados exclusivamente a investigar la comunicación. Lo hizo en lugares como Iowa, Illinois y Stanford, abriendo un camino académico que hoy parece obvio, pero que en su momento fue revolucionario: darle a la comunicación un lugar propio dentro de las ciencias sociales.

Lo fascinante es que Schramm no veía la comunicación como una línea recta de emisor a receptor, como si alguien hablara y otro simplemente recibiera el mensaje. Él creía que se trataba de un proceso dinámico, circular, donde la retroalimentación —el famoso “feedback”— juega un papel central. En pocas palabras, para él comunicar no era solo lanzar información, sino compartir significados, experiencias y construir sentido en común. Esa manera de pensarlo cambió la forma en que entendemos lo que pasa cada vez que hablamos, escuchamos o consumimos medios.


Entre sus libros más influyentes están The Process and Effects of Mass Communication (1954), Responsibility in Mass Communication (1957) y Mass Media and National Development (1964). En ellos exploró desde cómo los medios afectan a la sociedad hasta cómo podían convertirse en herramientas clave para la educación y el desarrollo de los países. De hecho, fue de los primeros en afirmar que la comunicación no era solo entretenimiento, sino un motor para el progreso económico, político y cultural.

Dentro de las corrientes de pensamiento, Schramm se ubica en la tradición funcionalista, esa que ve a los medios como piezas fundamentales en el engranaje social. Pero más allá de las etiquetas, lo importante es que logró consolidar un lenguaje y un marco teórico para que la comunicación dejara de ser un tema disperso y se convirtiera en un campo de estudio serio y respetado.

Wilbur Schramm murió en 1987, pero su huella es imborrable. Cada vez que alguien estudia un modelo de comunicación, analiza los efectos de los medios o se pregunta cómo la televisión, el cine o ahora las redes sociales influyen en nuestras vidas, ahí está él, acompañando con sus ideas. Su legado es recordarnos que comunicar no es solo hablar, sino conectarnos, entendernos y, en última instancia, hacer posible la vida en sociedad.

 

 

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